Al sur de Oaxaca, en camino a Ocotlán de Morelos, está un pueblo donde las manos de artesanos oaxaqueños en conjunto con los hilos, hacen verdadera magia y convierten este elemento en piezas dignas de portar.
Es Santo Tomás Jalieza, la “ciudad de cinturones”, la tierra donde las manos de artesanos oaxaqueños han logrado impulsar el nombre de su municipio por sus dedicados y
hermosos textiles que han sido forjados por generaciones, gracias a la destreza y creatividad de sus artesanos con el telar de cintura.
El telar de cintura, de origen prehispánico se debe a su nombre a que una de sus partes se ata a la cintura de la artista con un ceñidor de cuero llamado “mecapal” y otra a un árbol o poste de madera. También es conocido como telar de dos baras o telar de otate, cuando su estructura se constituye de dos baras de esa planta.
Santo Tomás Jalieza, Oaxaca.